Teresa Vernal Vilicic
January 10, 2007, por Eduardo Unda-SanzanaAlgunos me prefieren callada, debe ser porque odio las injusticias y me encanta opinar. Seguramente por eso estoy a pasos de egresar de periodismo en la Universidad Católica del Norte y aunque cuando estaba en el colegio me entusiasmaban a estudiar derecho, yo mantenía mis esperanzas en teatro, pero me conformé con la oposición de mi padre y extrañamente de mis abuelos, quienes llevan más de 40 años dedicados a las tablas.
Con respecto a mi aterrizaje en la Tierra, fue un 17 de febrero de 1985. Me recogió una familia bastante anormal y por supuesto llegué antes de lo previsto, no aguanté más en el vientre de mi mamá. Fue así como me transformé en la hija mayor de Dániza y Mario, además de la primera nieta de “los Vernal”, pero no puedo dejar de nombrar a Nelly Lemus, poeta, coreógrafa de la región y madre de mi madre.
Fue así como de niña curiosa e inquieta, pasé gran parte de mi tiempo en casa de mis abuelos paternos viendo cómo los actores de teatro llegaban a ensayar, corrían muebles, repetían sus parlamentos y marcaban movimientos. Mi imaginación volaba a 1000 kilómetros por hora, mientras mi abuela Teresa dirigía.
A los 11 años tuve mi primera experiencia teatral, por un capricho de mi abuela, quien además incluyó a mi hermano y primas en la obra “¿Qué tal Shakespeare?”, sin embargo a mis 22 años soy la única que siguió con la “tradición”.
Hoy mis abuelos ya se encuentran prácticamente retirados de escena, gracias a ellos conocí y encarné a personajes de grandes autores como Ionesco, Shakespeare, Tito Plauto, Moliere y García Lorca entre otros.
Quizás no estudié Teatro en la Chile, ni tengo titulo de actriz en España o en las grandes escuelas de Inglaterra, pero me formé con una gran maestra y fui a una gran escuela, la compañía Taquis, donde conocí a excelentes personas, con quienes compartí escenario innumerables veces.
Todo esto me motivó para el gran desafío de formar mi propia compañía hace dos años, llamada Karamanchel.
Karamanchel y yo
Tener 19 años y tomar la decisión de dirigir a personas mayores que yo no fue tarea fácil, no obstante junto a tres aficionados logramos montar una pequeña obra de muy bajo perfil, presentada en una escuela municipalizada de Antofagasta.
Esta prueba permitió pensar en grande y dar inicio a Karamanchel. ¿Por qué Karamanchel? Porque el personaje favorito interpretado por mi abuelo lleva ese nombre y revive la picardía de la comedia.
Digo picardía debido a que me encanta trabajar con gente alegre, sana, idealista y sobre todo comprometida. Como dice mi abuela “sirve al teatro, pero no se sirve de él”. Así fue cómo dirigí mi primera obra y sacamos adelante en el año 2004 nuestro proyecto “Hola mi Amor”, motivándonos para seguir el año 2005 y entregar nuestro segundo hijo titulado “Fly-By”.
Hoy después de un año 2006 lleno de meditaciones que sirvieron de crecimiento para el grupo y para mí como directora, nos encontramos trabajando intensamente en “Poe, el cuervo nunca emprendió el vuelo”. Un desafío aún mayor que nos permitió hacer algo más propio, dejando plasmado nuestro estilo.
Con respecto a esto, puedo decir que soy una mujer feliz, agradecida de la vida, pero siempre insatisfecha de mis logros, puesto que quiero y puedo seguir mostrando mi trabajo, a través de Karamanchel y del periodismo, mimetizando estás áreas se pueden obtener resultados extraordinarios.